martes, 18 de diciembre de 2007

NOCHE DE CORAZONES




La noche de ayer (17 al 18 de diciembre), fue una noche de corazones y sentimientos profundos. Primero y por TV2, la película "Moolaadé" del director octogenario y senegalés Ousmane Sembene. Para mí una obra maestra por cuanto denuncia y condena la ablación. No es de extrañar que todas las reseñas de la misma recomienden que todos los Institutos del mundo deberían proyectarla para erradicar de una vez este salvaje ataque a los Derechos Humanos, en este caso a niñas-mujeres que son sometidas a la extirpación del clítoris en nombre de una tradición que los más salvajes y decimonónicos islamistas dicen que se lo manda su religión. El Corán. 


Porqué, en nombre de las religiones siempre se han cometido los mayores crímenes y atentados a los Derechos Humanos como ocurre en "Moolaadé" o en tiempos de Las Cruzadas y en el de la "Santa Inquisición" europea.
El Corazón y el Alma (ésta que no se ve ni se toca; pero se siente), se me encogían a cada momento, en cada escena, a la vez que sentía una rabia tremenda por no poder atravesar la pantalla para aliarme con las mujeres "VILAKORO" y con "el mercenario" para encarcelar en una jaula a las mujeres llamadas "purificadoras" y a los viejos islamistas del consejo de la tribu.
No sabría decir que escena me produjo mayor impotencia y tristeza. Hay muchas, como cuando la líder de las "vilakoro" y preferida de las tres mujeres con las que estaba casado el hermano menor de uno de los "jefes" de la tribu. Éste le obligó, en nombre de la "hombría" a dar unos cien latigazos a su esposa para que ésta pronunciara la palabra que autorizaba a las "purificadoras" a extirpar el clítoris a sus hijas. La mujer "vilakoro" aguantó de pie, con mucha dignidad, coraje y valentía todos los latigazos, para demostrar que su verdad y su fe eran más fuertes que todos los hombres de la tribu, diciéndoles que el gran moaçin había dicho por la radio que el Corán no decía en ninguna de sus páginas que las mujeres tenían que "purificarse" a través de dejarse hacer la ablación. Por esa razón los "viejos jefes" habían retirado y apilado en medio del poblado todas las radios para ser quemadas, por ser éstas, portadoras de la palabra de "Satanás".
- Al igual ocurría en la Inquisición con los libros de grandes poetas y dramaturgos, y que la "Santa Iglesia Católica" ocultaba o quemaba para que no llegaran al pueblo. Una vez más me confirmo en decir que las religiones odian todo lo que no venga en sus "catecismos", perniciosos en muchos casos para los Derechos Humanos. -
O aquella otra escena, en la que se ve que llevan a una niña de 11 años, llamada Díatu, la cual no dejaba de gritar "no, no. No quiero que me corten", y que más tarde se supo que había muerto desangrada. Su madre, una más de las "vilakoro" no dejaba de llorar y de repetir su nombre: Díatu, Díatu. Esa escena me pudo y me emocione para más adelante exclamar con ellas un grito de júbilo después de que se enfrentaran y desarmaran de sus navajas a las "purificadoras", y derrotaran con la palabra "al consejo de la tribu". Definitivamente amo a esas MUJERES, sensibles, trabajadoras, fuertes y con una mirada tierna y llena de humanidad.
Desde aquí mi gran respeto y admiración a Ousmane Sembene por tan bello documento humano a la vez que triste y desolador en el caso de que su DENUNCIA no trascienda y obligue definitivamente a la erradicación de la ablación.

Recién terminada la película, enciendo la radio en el dial de la SER para escuchar "El Larguero" de José Ramón de la Morena, en el que entrevistaba a nuestro campeón Fernando Alonso, en un escenario improvisado para esta ocasión. La mina "Nicolasa" en Mieres. Una vez más la SER demostró que hay pocas cosas imposibles, a la hora de programar y realizar una buena información, aunque para ello tengan que desdoblar 2000 metros de cable. Fernando, estuvo en el podio más alto a lo largo de toda la entrevista; pero el que me impactó y emocionó como nunca fue Víctor Manuel, cuando cantó acompañado por su guitarra acústica, los dos temas que dedicó a su abuelo y compañeros mineros: "El abuelo Víctor" y "La Planta 14".
Nunca, nunca percibí tanto sentimiento en este gran cantante-poeta a la hora de interpretar estas dos canciones, y puedo decir que a lo largo de su carrera lo he escuchado en directo unas 10 o 12 veces.
Sabiendo la sensibilidad que Víctor Manuel asomó siempre, y a todo lo largo de su vida, pensé tal como él dijo al final del programa: -"Seguro que mi abuelo está escuchando en la mina para decir: "bueno chaval, siempre me sorprendió lo bien que cuentas y cantas las cosas" - . Por esa razón Víctor Manuel cantó esa noche como los ángeles.
Gracias a la noche del 17 al 18 de diciembre por haberme sorprendido con estos dos regalos maravillosos: "Moolaadé" y las canciones de Víctor Manuel, que sin duda, me ayudarán a ser mejor persona.
PELICULA. Moolaade: 
http://youtu.be/jCfZPsJukL0

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